LOS RIESGOS DEL AIRE ACONDICIONADO Y CONSEJOS PRÁCTICOS PARA PREVENIRLOS

Ahora que estamos en plena ola de calor, seguramente solo se te pasará por la cabeza ese mágico momento de llegar a casa y ponerte bajo el chorro de aire acondicionado y disfrutar de ese aire frío, que más que refrescarte parece que te esté salvando la vida.

Hemos llegado a un punto en que no podemos concebir el verano sin este aparato, y poco a poco se ha convertido en nuestro gran aliado para los meses estivales.

En casa, en el trabajo o en el coche, cuando acaba el día nos hemos pasado prácticamente toda la jornada bajo la influencia de los aparatos de aire acondicionado, tantas horas y de forma tan continuada que puede llegar a afectar a nuestra salud.

Como hemos dicho, los aires acondicionados pueden conllevar ciertos riesgos para nuestra salud si no los usamos correctamente, pero ¿realmente conocemos cuáles son los peligros del uso excesivo de estos aparatos?

Entre los efectos nocivos que pueden producir en nuestra salud, destacan los siguientes:

  • Problemas respiratorios

Los aparatos de aire acumulan suciedad que puede afectar a las vías respiratorias y a la garganta, por ello, es fundamental tener los filtros y al aparato en general muy limpios, así como cumplir todas las pautas de mantenimiento antes y durante su uso.

  • Alergias

Como hemos comentado, es fundamental la limpieza de los filtros del aire acondicionado. La falta de un mantenimiento correcto puede ser el detonante que provoque alergias y asma, sobre todo por la acumulación de polvo en el interior de los filtros.

  • Infecciones

El uso continuado del aire acondicionado llega a secar la mucosa del interior de la nariz, facilitando de esta manera la entrada de bacterias a través de los orificios nasales.

  • Problemas oculares y contracturas

La sequedad ocular, la irritación y el dolor de ojos son otros de los síntomas que puede provocar el exceso de aire acondicionado.

El chorro de aire frío directamente sobre nuestra piel puede llegar también a provocar problemas en la musculatura, causando contracciones musculares que pueden desembocar en tortícolis y lumbalgias.

  • Dolor de cabeza, resfriados y mareos

Los cambios bruscos de temperatura (por ejemplo, llegar de la calle a 40 grados y ponernos el aire a 20) pueden llegar a provocar dolor de cabeza, resfriados, mareos, sudoración excesiva o malestar general.

  • Deshidratación

Se conoce que la tasa de deshidratación es superior en los espacios con aire acondicionado. Los aparatos de aire acondicionado absorben la humedad del ambiente provocando sequedad, por lo tanto, nos mantenemos frescos, pero se quita la sensación de querer beber agua, por lo que si no nos hidratamos correctamente puede llegar a provocar (después de un tiempo) síntomas de deshidratación, sobre todo en personas mayores y niños pequeños.

Entonces, ¿existe algún modo de poder usar el aire acondicionado y a la vez alejar la posibilidad de padecer alguna de estas consecuencias derivadas del uso?

Efectivamente, solo hay que seguir estas recomendaciones:

– Evitar cambios bruscos de temperatura.

– Ventilar asiduamente los espacios (habitaciones) que tienen aire acondicionado.

– Cumplir las normas de manteamiento.

– Mantener la temperatura entre los 21 y 25 grados.

– Mantener una temperatura constante.

– Evitar el chorro de aire directamente sobre la piel o la cara.

– Evitar el aire acondicionado cuando estemos durmiendo.

– Buscar alternativas como ventiladores para no abusar de los aparatos de aire.

Recuerda que, como todo, hay que utilizarlo con cabeza y sin abusar, haciendo un uso siempre responsable, así como limitar nuestra exposición a los mismos, para que no afecte a nuestro bienestar. Además, moderando su uso también lo notarás en tu bolsillo.

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