Un cuarto de la población española tiene sobrepeso u obesidad y se prevé que, en 10 años, esta cifra aumente hasta alcanzar los 27 millones de personas.

El problema de la obesidad no se encuentra en la cantidad de peso, sino en el considerable aumento de las posibilidades de contraer enfermedades o problemas de salud.

La esperanza de la obesidad es que una mínima pérdida de peso puede mejorar o prevenir numerosos problemas de salud. Esos cambios y mejoras se pueden conseguir comenzando por una dieta saludable y un aumento en la actividad física. Los suplementos o complementos alimenticios siempre pueden ser una opción extra para ayudar a cambiar tu estilo de vida hacia uno más sano.

 

¿Qué es la obesidad y cuál es su origen?

La obesidad está extendida alrededor de todo el mundo, y se puede definir como la acumulación anormal o excesiva de grasa, y dependiendo de la magnitud, puede llegar a ser perjudicial para la salud, ya que afecta tanto a aspectos biológicos como psicológicos y sociales de una persona, limitando su calidad de vida.

Para conocer si la obesidad es un riesgo para nuestra salud, se usa el valor del Índice de Masa Corporal (IMC). El IMC es un indicador que se calcula relacionando el peso y la estatura de una persona. El resultado nos indica la categoría de peso en la que nos encontramos y si esto puede llegar a suponer un riesgo para nuestra salud, tanto si nos encontramos demasiado por encima como por debajo de los valores de referencia.

La obesidad suele comenzar en la infancia y en la adolescencia, y su origen se debe a causas genéticas o ambientales, además es el momento en el que comienzan a producirse los primeros desequilibrios entre los alimentos que se consumen y el gasto energético.

 

¿Por qué la obesidad puede considerarse una enfermedad?

La obesidad se considera una enfermedad porque puede afectar directamente a nuestra salud, llegando en numerosos casos a la muerte (el riesgo es tres veces mayor en una persona obesa que en una persona con un peso saludable).

La obesidad no se limita a tener peso de más, si no que puede llevar a otras enfermedades como la diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, problemas respiratorios, artrosis, etc.

Una de las enfermedades más perjudiciales para nuestra salud es la hipertensión arterial, que puede llegar a provocar una angina de pecho o un infarto. Además, el sobrepeso también puede llevar a la diabetes de tipo 2, una dolencia que aumenta las posibilidades de morir hasta 12 veces.

Al margen de afectar a la salud física, la obesidad también puede provocar grandes problemas mentales como puede ser la depresión o la baja autoestima.

 

La obesidad y el covid-19

Después de la edad, el segundo factor de riesgo más importante de hospitalización por Covid-19 es la obesidad. Esto se debe a que la obesidad está estrechamente relacionada con problemas respiratorios, lo que puede perjudicar la enfermedad gravemente al contraer el virus SARS-CoV-2.

Se ha demostrado que el 80 % de los pacientes ingresados por Covid-19 que han necesitado intubación, ventilación mecánica y/o han fallecido, eran personas con obesidad.

 

Cómo tratar la obesidad

El objetivo de tratar la obesidad, además de perder peso, es ganar salud.

Para mejorar nuestra salud podemos seguir una serie de pautas como es cuidar la alimentación. No existe una dieta mágica para perder peso, lo importante es tener una alimentación equilibrada y variada para controlar las calorías, dependiendo del grado de obesidad, la edad, las preferencias de cada persona, etc. Pero, ¿Cómo sabemos lo que es una alimentación equilibrada?, te lo resumimos:

  • Consumir las calorías necesarias en función del gasto diario de la persona en cuestión (ejercicio físico, actividad…).
  • Elegir elementos saludables como son las verduras, hortalizas, frutas, cereales integrales y legumbres.
  • Consumir pocas cantidades de grasa, pero de fuentes saludables.
  • Reducir el consumo alimenticio de origen animal.
  • Limitar el consumo de refrescos, embutidos, bollerías industriales, azúcar…
  • Planificar las comidas con antelación.

En segundo lugar es importante realizar actividad física. Probablemente resulte más complicado de cumplir, pero es fundamental mantenerse activo y hacer ejercicio. Algunas de las actividades que pueden ser de utilidad son caminar rápido, montar en bicicleta, nadar o bailar.

Por último, aunque no menos importante, es necesario reducir el sedentarismo, realizando pequeñas acciones como pueden ser usar menos el ascensor, caminar en lugar de ir en coche, estar activos en el tiempo de ocio, etc.

Si durante 6 meses conseguimos una reducción de peso de entre un 5 y un 10 %, estaremos mejorando y controlando la aparición de nuevas enfermedades relacionadas con la obesidad.

En Laboratorios Fersa Ibérica sabemos que cambiar nuestro estilo de vida es complicado y requiere de mucha fuerza de voluntad, por eso, tienes a tu disposición numerosos suplementos alimenticios que pueden ayudarte a comenzar esta nueva vida.

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