La primavera trae consigo cambios en el ambiente que afectan directamente a nuestra salud y nuestro estado de ánimo.

Es una estación en la que los días son más largos, hay mejores temperaturas, pasamos más tiempo al aire libre, etc. A simple vista parece que todo son aspectos positivos, pero la realidad es que existe otro lado de la primavera, no tan positivo.

Te contamos algunos de los síntomas o afecciones más comunes durante la primavera. Pero no desesperes, estos síntomas no suelen durar demasiado.

   

  1. Cambios en las emociones

Los cambios de estación se suelen relacionar directamente con los cambios de ánimo, pero la llegada de la primavera suele ser la que más nos afecta.

La primavera puede causarnos dos estados de ánimo muy diferentes, por un lado, podemos experimentar un exceso de alegría o exaltación; o, por el contrario, astenia primaveral, es decir, sentimiento de cansancio, falta de energía, falta de concentración, etc. Te lo explicamos con más detalle.

Hay personas a las que les invaden sentimientos positivos, se sienten con más energía, más alegres, con más ganas de salir, etc. En este estado de “felicidad” se suele dedicar menos tiempo en dormir. 

Pero, esto ¿a qué se debe? Con el cambio de temperatura, se produce un cambio originado en las hormonas, las cuales favorecen a la liberación de serótina, oxitocina, dopamina, etc. Es decir, hormonas relacionadas con la felicidad, el placer, el alivio del estrés o ansiedad.

Por otro lado, puede surgir lo que se denomina “astenia primaveral”, esto significa que se tiene dificultades para adaptarse a nuevas condiciones. 

Algunos de los síntomas pueden ser:

  • Cansancio.
  • Cambios en el sueño.
  • Tristeza.
  • Dolores musculares.
  • Dolor de cabeza.
  • Falta de apetito.
  • Sentimiento de soledad.
  • Falta de concentración.

Estos síntomas se desencadenan por el cambio de temperatura y el cambio de las horas de luz, provocando alteraciones en los niveles sanguíneos y de las hormonas.

La mejor manera para reducir estos sentimientos y síntomas es la realización de ejercicio u alguna actividad física, dedicarnos tiempo a nosotros mismos para relajarnos, realizar actividades al aire libre, tener tiempo para el ocio, una buena alimentación, etc.

Estos síntomas suelen desaparecer en un periodo de tiempo corto, es decir, en el periodo en el que cada persona se adapta a los nuevos cambios.

 

  1. Alergias

La primavera suele ser una época de muchas alergias, ya que se extienden partículas diminutas de polen que pueden provocar conjuntivitis, rinitis, sinusitis o asma.

Estas concentraciones de polen dependen del clima de cada región y se destacan especialmente las lluvias que se hayan registrado. ¿Por qué las lluvias? Porque cuanto menos llueva, las alergias son menos llevaderas, ya que la atmósfera no se limpia.

Si sufres algún tipo de alergia, la mejor solución es acudir a su médico. Por otro lado, también puedes seguir una serie de medidas que te ayudarán a aliviar los síntomas de la alergia.

  • Cierra puertas y ventanas.
  • Purifica el aire del hogar cuando sea posible.
  • Evita siempre que sea posible salir a la calle en las horas en las que el polen está más activo, que suele ser de cinco a diez de la mañana y de siete a diez de la noche.
  • En el coche, procura mantener las ventanillas subidas.
  • Evita salir a la calle los días en los que haya mucho viento.
  • Si es posible, no seque la ropa al aire libre, ya que el polen se puede impregnar en tu ropa.
  • La utilización de gafas y de mascarillas son de gran utilidad cuando vamos a pasar un periodo de tiempo largo al aire libre.

   

  1. Afecciones cutáneas

Los cambios en el clima producen alteraciones, especialmente en las personas que tienen algún tipo de enfermedad en la piel, como puede ser:

  • Dermatitis atópica.
  • Psoriasis.
  • Acné.
  • Rosácea.

Durante esta etapa, se recomienda un cuidado especial para la piel y algunas de las medidas que podemos seguir son:

  • Protegerse del sol.
  • Higiene de la piel: secarse bien después de ducharse, hidratar la piel, etc.
  • Intentar usar tejidos naturales (algodón).
  • Beber mucha agua.
  • Dieta rica en antioxidantes.

 

 

  1. Resfriados 

Los resfriados son muy comunes durante la primavera y a diferencia de las alergias, no suele durar más de una semana.

Algunas de las medidas que puedes llevar a cabo para evitar los resfriados, son:

  • Seguir un estilo de vida saludable para mejorar tu sistema inmunitario: horarios para dormir, hacer ejercicio, reducir los niveles de estrés, etc.
  • Introducir en tu dieta la vitamina Dvitamina C y zinc.

   

  1. Infecciones gastrointestinales de origen bacteriano

Este tipo de infecciones son recurrentes a causa del aumento de temperatura y de la humedad, lo que provoca un ambiente propicio para propagar las bacterias.

Para evitar este tipo de infecciones lo ideal es prestar especial atención al estado de los alimentos, ya que en esta época es más probable que se descompongan antes.

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